La maduración de los sistemas de fibras de la materia blanca favorece el desarrollo cognitivo, conductual, emocional y motor durante la adolescencia. El consumo peligroso de alcohol durante este período de desarrollo neurológico activo puede alterar la trayectoria del desarrollo microestructural de la materia blanca, aumentando potencialmente el riesgo de desarrollar disfunción relacionada con el alcohol y trastorno por consumo de alcohol en la edad adulta.
Objetivo: Identificar el desarrollo cerebral microestructural interrumpido de los adolescentes vinculado al inicio de la bebida y evaluar si la interrupción es más pronunciada en los adolescentes más jóvenes que en los mayores.
Diseño, escenario y participantes: Este estudio de casos y controles, realizado del 13 de enero de 2013 al 15 de enero de 2019, consistió en un análisis de 451 participantes de la cohorte del Consorcio Nacional sobre Alcohol y Neurodesarrollo en la Adolescencia. Los participantes tenían entre 12 y 21 años al inicio del estudio y tenían al menos 2 exploraciones por imágenes de tensor de difusión por resonancia magnética (DTI) utilizables y hasta 5 visitas de exploración que abarcaban 4 años. Los participantes con una puntuación de Cahalan ajustada por jóvenes de 0 fueron etiquetados como bebedores de cero a bajo; aquellos con una puntuación superior a 1 durante al menos 2 visitas consecutivas fueron etiquetados como bebedores empedernidos. Se llevó a cabo un análisis exploratorio entre bebedores no-bajos y bebedores fuertes. Se realizó un análisis entre grupos entre jóvenes de la misma edad y sexo, y se realizó un análisis dentro de los participantes antes y después de beber.
Exposiciones: Consumo de alcohol autoinformado en el último año resumido por niveles categóricos de consumo.
Principales resultados y medidas: Medición de imágenes por tensor de difusión de anisotropía fraccionada (FA) en todo el cerebro y los sistemas de fibras que cuantifican el cambio de desarrollo de cada participante como una pendiente.
Resultados: El análisis de la AF de todo el cerebro de 451 adolescentes incluyó a 291 (64,5%) bebedores de no a poco y 160 (35,5%) bebedores empedernidos que indicaron el potencial de una asociación deletérea del alcohol con el desarrollo microestructural. Entre los bebedores de cero a poco, 142 (48,4%) eran niños con una edad media (DE) de 16,5 (2,2) años y 149 (51,2%) eran niñas con una edad media (DE) de 16,5 (2,1) años y 192 (66,0%) eran participantes blancos. Entre los bebedores empedernidos, 86 (53,8%) eran niños con una edad media (DE) de 20,1 (1,5) años y 74 (46,3%) eran niñas con una edad media (DE) de 20,5 (2,0) años y 142 (88,8%) eran participantes blancos. Un análisis de grupo reveló una reducción de FA en los jóvenes bebedores en exceso en comparación con los controles emparejados por edad y sexo ( t 154 = –2,7, P = .008). La pendiente de esta reducción se correlacionó con el registro de días de consumo de alcohol desde la visita inicial ( r 156 = –0,21, p de 2 colas = 0,008). Un análisis dentro del participante que contrasta las trayectorias de desarrollo de los jóvenes antes y después de que comenzaran a beber en exceso apoyó la predicción de que el inicio de la bebida se asoció con la integridad de la materia blanca alterada y potencialmente la precedió. Las interacciones edad-alcohol ( t 152 = 3,0, P = 0,004) observadas para las pendientes FA indicaron que la alteración asociada al alcohol fue mayor en los adolescentes más jóvenes que en los mayores y fue más pronunciada en la rodilla y el cuerpo del cuerpo calloso, regiones conocidas para seguir desarrollándose a lo largo de la adolescencia.
Conclusiones y relevancia: Este estudio de casos y controles de adolescentes encontró una asociación perjudicial del consumo de alcohol con la integridad microestructural de la materia blanca. Estos hallazgos apoyan el concepto de mayor vulnerabilidad a los agentes ambientales, incluido el alcohol, asociado con el desarrollo atenuado de los principales tractos de materia blanca en la adolescencia temprana.