Aprender mientras se duerme es un sueño de la humanidad, pero a menudo se considera imposible porque el sueño carece de la conciencia y el medio neuroquímico que se cree que es necesario para aprender.
La evidencia actual para el aprendizaje del sueño en humanos no es concluyente. Para explorar las condiciones bajo las cuales podría ocurrir el aprendizaje verbal, planteamos la hipótesis de que los picos de ondas lentas serían propicios para el aprendizaje verbal porque los picos definen períodos de excitabilidad neuronal. Durante el sueño de ondas lentas durante una siesta, una serie de pares de palabras que comprenden pseudopuertas, por ejemplo, «tofer», y palabras alemanas reales, por ejemplo, «Haus» (casa), se reprodujeron a mujeres y hombres jóvenes de habla alemana. Cuando la presentación de la segunda palabra de un par (por ejemplo, «Haus» de «tofer-house») coincidió con un pico continuo de onda lenta, aumentaron las posibilidades de que se hubiera formado y retenido una nueva asociación semántica entre el par. Las asociaciones formadas por el sueño se tradujeron en vigentes, donde guiaban las elecciones forzadas en una prueba de memoria implícita.
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Las reactivaciones de las asociaciones formadas por el sueño se reflejaron en los aumentos de activación cerebral medidos con fMRI en las áreas del lenguaje cortical y el hipocampo, una estructura cerebral crítica para la unión relacional. En el trabajo infirieron que la vinculación relacional implícita había ocurrido durante los picos de oscilaciones lentas, reclutando una red hipocampo-neocortical comparable al aprendizaje de vocabulario en el estado de vigilia.
https://www.cell.com/current-biology/fulltext/S0960-9822(18)31672-5