Los humanos se ayudan unos a otros. Esta característica fundamental del homo sapiens ha sido una de las fuerzas más poderosas que esculpen el advenimiento de las civilizaciones modernas. Pero ¿qué determina si los humanos eligen ayudarse unos a otros?
A través de 3 estudios de replicación, aquí, demostramos que la pérdida de sueño representa un factor previamente no reconocido que dicta si los humanos eligen ayudarse entre sí, observado a 3 escalas diferentes (dentro de los individuos, a través de los individuos y en todas las sociedades).
En primer lugar, a nivel individual, 1 noche de pérdida de sueño desencadena la retirada de la ayuda de un individuo a otro. Además, los hallazgos de fMRI revelaron que la retirada de la ayuda humana se asocia con la desactivación de nodos clave dentro de la red cerebral de cognición social que facilita la prosocialidad.
En segundo lugar, a nivel grupal, las reducciones ecológicas del sueño de noche a noche a lo largo de varias noches predicen las reducciones correspondientes al día siguiente en la elección de ayudar a otros durante las interacciones cotidianas.
En tercer lugar, a nivel nacional a gran escala, demostramos que 1 h de oportunidad de sueño perdido, infligida por la transición al horario de verano, reduce la ayuda altruista del mundo real a través del acto de donación, establecido a través del análisis de más de 3 millones de donaciones caritativas.
Por lo tanto, el sueño inadecuado representa una fuerza influyente significativa que determina si los humanos eligen ayudarse unos a otros, observable a través de niveles micro y macroscópicos de interacción civilizada. Las implicaciones de este efecto pueden no ser triviales cuando se considera la esencialidad de la ayuda humana en el mantenimiento de la sociedad civil cooperativa, combinada con la disminución reportada de sueño suficiente en muchas naciones del primer mundo.