¿El intestino un nuevo objetivo terapéutico para los trastornos cerebrales?

Publicado: 24 agosto 2020

Los trastornos neurológicos y gastrointestinales a menudo coexisten. Los trastornos intestinales a menudo se asocian y preceden a los síntomas centrales del autismo, la enfermedad de Parkinson (EP), la enfermedad de Alzheimer (EA) y la esclerosis múltiple (EM), aunque las causas exactas no están claras.

La revisión de 113 estudios neurológicos, intestinales y de microbiología por Hill-Yardin y sus colegas señala un hilo común: los cambios en el moco intestinal.

En los cuatro trastornos neurológicos, hay evidencia de niveles alterados de especies bacterianas asociadas a la mucosa, informan los autores.

Por ejemplo, un estudio reciente en el que participaron pacientes con EA que también tenían síntomas indicativos de síndrome inflamatorio intestinal mostró una asociación entre disbiosis o desequilibrio microbiano y un aumento de las bacterias mucolíticas.

Del mismo modo, las muestras de heces de pacientes con EA han mostrado un aumento de las bacterias proinflamatorias y una disminución de las bacterias antiinflamatorias. Investigaciones anteriores han demostrado que la disbiosis microbiana en pacientes con EA causa un aumento en la permeabilidad intestinal, lo que puede provocar inflamación sistémica y dañar la barrera hematoencefálica, señalan los investigadores.

El desequilibrio bacteriano en la mucosa intestinal también es evidente en pacientes con autismo, EP y EM.

Las vías múltiples relevantes para la homeostasis del moco pueden verse afectadas por el deterioro del sistema nervioso en pacientes con enfermedad neurológica, agregan los investigadores.

Las alteraciones en el moco intestinal representan una nueva conexión entre el intestino y el cerebro que abre nuevas vías para que los científicos exploren, a medida que buscamos formas de tratar mejor los trastornos del cerebro apuntando a nuestro ‘segundo cerebro’: el intestino.

Se necesita mucha más investigación para identificar claramente las implicaciones clínicas. Si podemos entender el papel que juega el moco intestinal en la enfermedad cerebral, podemos tratar de desarrollar tratamientos que aprovechen esta parte precisa del eje intestino-cerebro.

 

https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fcimb.2020.00248/full