La terapia más indicada es la administración de alcohol etílico. El tratamiento debe iniciarse de forma rápida para evitar que el hígado metabolice el alcohol metílico en formaldehído y ácido fórmico, que son los que provocan la sintomatología.
«Con la etilterapia estamos intoxicando al paciente, emborrachándolo para evitar un mal mayor», señaló el Prof. Sarraco. «El hígado tiene de 10 a 20 veces más afinidad por el alcohol etílico que por el metanol, y al suministrar etanol por vía oral o endovenosa, el metanol que no es metabolizado se excreta por la orina». En los casos más severos esto puede demorar hasta 35 horas.
Para saturar el hígado, el alcohol medicinal (no se administra bebida alcohólica) debe ser administrado em concentraciones determinadas, en función del peso del paciente. La dosis es de 1 ml/kg de alcohol absoluto, diluido a 50% para usar por vía oral, y a 5% o 10% para la vía endovenosa. Pacientes alcohólicos requieren dosis mayores.
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Existe otra terapia, 4 metilpirazol o fomepizol, que «es la terapia ideal, porque inhibe las dos enzimas que metabolizan el alcohol. Pero en muchos países, como Argentina, no está disponible, y cuando lo está, es cara, y como no es de uso frecuente, no hay siempre un estocajepermanente», señala.
Además del tratamiento de soporte suele administrarse a los pacientes bicarbonato, pero usualmente solo pospone los síntomas que únicamente se evitan con antídotos. Como coadyuvante se administra ácido fólico, que ayuda a metabolizar el metanol para que disminuya su acción tóxica.
En algunos casos, para remover el metanol y el ácido fórmico, es necesario someter al paciente a hemodiálisis.